La Percepción del Cuerpo en la Cosmovisión Africana (Segunda parte)


La pintura fue una de las mediaciones más usadas por el hombre para comunicarse con sus ancestros, aún en la actualidad continua siendo una de las representaciones con mayor vigencia. Para la elaboración de los pigmentos se emplean desde tiempos antiguos plantas, los tintes minerales extraídos de tierras como el óxidos de hierro, para lograr el color rojizo, el caolín para el color blanco, al igual que carbón vegetal para lograr el negro.
Estos tintes mezclados con aceites (animales o vegetales), resinas u otras sustancias facilitan su aplicación y mejoran su eficacia mágica o medicinal.
Para marcar la piel se utilizan utensilios, elaborados con cerámica, palos e incluso objetos filosos que perfora la piel, muy  común en algunas sociedades secretas de África.
Las formas y uso-significado de estas perforaciones o marcas están asociadas a distintos tipos de contextos, procedencia étnica; rango, oficio, sexo o alguna otra condición social, esta transformación, no solo se realiza en un solo proceso, sino con varias transiciones que también van aparejadas en la identidad de la persona y estatus  ceremonial.

Ejemplo claro del uso de las marcas y tintes nos los describe Karl Gröning en su libro "Tribal Decoration from Africa", donde los Nuba de la zona de Kau (Sudan), suelen pintarse unos a otros estableciendo el color en dependencia de la edad de cada uno. En su cosmovisión la pintura representa el tiempo efímero y determina la brevedad de la juventud, la salud y la belleza. Por tanto, los colores están estrictamente codificados; los niños de ocho años utilizan los colores rojo y blanco, los jóvenes incorporan el amarillo, y el negro sólo es agregado dos años después de la iniciación de un individuo. Antes de comenzar este ritual se untan todo el cuerpo con aceite y sobre su base se pintan las figuras estilizadas de los animales, otra técnica empleada por los Nuba de Niaro, consiste en mojar su cuerpo y extender una base de ceniza blanquecina, sobre la que trazan líneas negras que a continuación rellenan con pigmentos naturales. Los ancianos llevan la cabeza rasurada y los jóvenes una capa de cabello mayor que los niños, ésta no se divide y decora hasta no ser aceptado como adulto. El cuerpo es la posesión más valiosa de un Nuba, embellecerlo es reflejo de su espíritu y un respeto así mismo. La piel es entonces el envoltorio que les protege y les relaciona con el mundo, pero con la aculturación occidental y el uso obligado de ropa, ha acarreado la pérdida de esta tradición. Estas pinturas, concebidas para la visibilidad, se han reducido actualmente a pequeños símbolos.

 Dentro de todo ritual el cuerpo es lo más importante, sus diferentes posturas marcan los momentos importantes de una ceremonia, ya sea un iniciado o un sacerdote, las danzas, cantos, y gestos desarrollan una parte del rito, las máscaras, tocados, plumas, adornos y pinturas se convierten en símbolos que ayudan al tránsito hacia una dimensión espacial y temporal de la realidad, que tiene como finalidad la transformación hacia el ancestro o algún otro personaje de su propio mundo interior. 


 


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