Los trastornos que acompañan a esta enfermedad son numerosos y suelen
manifestarse inmediatamente después de que la persona ha sido ojeada y
varían de acuerdo con la edad de la víctima. Entre los infantes se
destacan: la fiebre, el llanto prolongado, la diarrea, el vómito,
afecciones oculares en forma de irritación, inflamación, (uno de los
ojos se empequeñece), inquietud, falta de apetito, pérdida de peso y
dolor de cabeza Los adultos presentan cansancio, flojera, temblor de
cuerpo, somnolencia, dolor de cabeza, mareos y vómito.
El terapeuta tradicional —y en algunas ocasiones los padres de la
víctima— recurre a varios procedimientos para su diagnóstico; por
ejemplo, inspeccionan el rostro del paciente, especialmente los ojos,
pues la presencia de los signos característicos son prueba suficiente de
la afección, se hace un recuento de los contactos con posibles agentes
causales, o bien, se realiza una limpia.
Las formas principales son: Se pasa generalmente por el cuerpo del
paciente un huevo de gallina, el que posteriormente es quebrado dentro
de un recipiente con agua; si aparece un ojo o una cruz en la yema o
ésta se cuecen, se corrobora el diagnóstico. Cuando el mal no es grave,
esta operación resulta suficiente para sanar al enfermo.
Aunque la terapéutica reportada mantiene infinidad de
particularidades,se puede someter al enfermo a diferentes tipos de
limpias, utilizando: un huevo de Pavo (guanajo cubano) de gallina
criolla y/o negra —el negro, relacionado con la oscuridad, anula el
poder de la mirada plantas y elementos diversos. También es común que
con el huevo se dibuje una cruz en la cabeza y en el cuerpo o se froten
los ojos, para proseguir a continuación con el mismo procedimiento
utilizado en el diagnóstico. En otras ocasiones se usan plantas solas, o
acompañando al huevo. Las plantas más utilizadas son el saúco, la
albahaca, la ruda, el estáfiate , el pirú o el chile todas ellas
aromáticas. Por lo general, todos los procedimientos descritos son
acompañados con rezos.
Por otra parte, llama la atención una creencia muy extendida que
señala que el mal de ojo no debe ser atendido por un médico académico,
pues la enfermedad "se riega más" y el estado del paciente se agrava
idea que se expresa en la acotación "ésta es una enfermedad del
curandero, no del doctor"
En la medicina tradicional de los Náhuatl el mal de ojo es, la
enfermedad ante la cual la población desarrolla el mayor número de
medidas preventivas. Sobresale el uso de amuletos cuya función es la de
atraer la mirada de una persona para que el poder de sus ojos se
descargue en el objeto y no en el niño. Son abundantes los reportes que
señalan la efectividad protectora del "ojo de venado", semilla que debe
usar el niño como collar o pulsera; de igual manera, suelen utilizarse
estambres, cintas o cuentas de color rojo, coral, ámbar y azabache; o
bien, colocar entre la ropa "seguros" formando una cruz, ramitas de pirú
y estampas religiosas, o pequeñas bolsitas de color rojo conteniendo
pelos de coyote, palma bendita o escapularios.
Al igual que en la terapia, las personas capaces de provocar esta
enfermedad juega un papel muy importante en su prevención, A estas se le
realizan procedimientos similares a los ya descritos para la curación y
ee aconseja a las madres que protejan a sus pequeños resguardarlos de
la presencia de posibles agentes causales e, inclusive, manterlos sucios
y desarrapados para impedir que sean admirados y elogiados. En lo que
respecta a la protección de animales y plantas, se despliegan cuidados
semejantes a los utilizados con las personas, amarrándoles cintas,
listones o señales de color rojo.
El 'mal de ojo' tiene nombre indígena, KELSAT, y es causado por
personas de calor extraordinario y mirada penetrante. En puwblos con
mayor influencia de otras culturas se añaden otras ideas como las de
envidia, hechicería, rencor, venganza o miradas de animales,
fusionándose con creencias llegadas de Europa como es el nombre de 'mal
de ojo'
A pesar de lo señalado, no se debe pasar por alto que la noción de
envidia guarda relación con antiguas creencias prehispánicas, como la
energía negativa generada por un individuo, por ejemplo, la liberación
del ihíyotl por medio de la vista debido a un fuerte deseo, que provoca
un mal capaz de dañar a terceros. Actualmente este concepto se encuentra
vigente en algunas regiones del país y guarda similitud con el europeo
del mal de ojo, por lo que seguramente ambos se han sincretizado al
correr del tiempo.
El pensamiento de los antiguos Náhuatl acerca del "tlacotecolotl"
brujo, al que se atribuía poderes para dañar a todo aquello que miraba
con fijeza, donde se afirma que existe un vínculo entre mal de ojo y
ehecat —"viento, espíritu o enfermedad que penetra el cuerpo".
Ahora, si se analizamos el vocablo náhuatl xoxallis, que se puede
traducir literalmente y equivocadamente como mal de ojo, se encuentra
una clara confusión del conceptos.
Pues se cree que xoxalli, era una forma de maleficio entre los
antiguos Náhuatl y fuese concebido como una sustancia nociva recogida
por los caminantes, como causa directa del cansancio que éstos sufrían
en sus piernas. Aparentemente, no guarda relación con el mal de ojo, Sin
embargo, la idea de maleficio presente en la definición reaparece en la
información que señala a "el mal aire" recogido por un caminante como
una de las causas del mal de ojo, según las fuentes este vocablo estaba
relacionado con el dolor de tendones, especialmente en los pies y en los
tobillos. Y tambien es significativo que la mayoría de las plantas
utilizadas en su tratamiento sean aromáticas, factor se vincula al
pensamiento mesoamericano sobre los "aires" que se introducen al cuerpo.
Los antiguos Náhuatl, afirman que:
...cuando existía un ataque por intrusión era preciso arrojar
violentamente a los seres dañinos por medios terapéuticos directos.
Éstos eran las abluciones y los sahumerios (con productos aromáticos
contra los seres acuáticos y telúricos). ...El uso de aromas para atacar
a los seres de la tierra y del agua parece derivar de las propiedades
atribuidas al perfume de las flores, del copal y del tabaco..."
lucerocongo